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Cuando Michael Jackson grabó una canción de The Beatles luego de traicionar a McCartney

Una de las grandes canciones de Michael Jackson cumple este 14 de enero 30 años de su edición. Se trata de “Remember the Time”, editada como sencillo en 1992, como segundo corte de su exitoso álbum “Dangerous”, de noviembre de 1991.

La canción fue un hit y se convirtió en un hit clásico de la discografía de Jackson, logrando escalar al tercer lugar del Billboard top 100 de EE.UU. y la mismo lugar en el chart británico.

Sin embargo, este single tiene otra gran particularidad: su lado B. Allí por única vez el astro materializó con la grabación de una canción beatle, el que Paul McCartney siempre consideró el “gran robo” que le cometió su examigo al comprar a sus espaldas y con engaños todo el catálogo de canciones de los fab four en 1985.

La canción elegida, no fue justamente de Paul, sino de Joun y se trató de “Come Togegher” en una interesante versión que alguna vez la canto en vivo. Fue la única vez el famoso catálogo que estuvo en su poder casi 10 años.

La historia cuenta que cuando ni siquiera había pasado un año del asesinato de su amigo John Lennon, una fría mañana del 19 de noviembre de 1981, justo después de haber grabado con Michael Jackson, Paul McCartney, acompañado de un par de abogados del bufete de Lee Eastman, el padre de su mujer Linda, se presentó ante el antes todo poderoso Sir Lew Grade. Es el propio Paul el que le pidió, por favor, casi rogando, que le vendiera el catálogo de Nothern Songs.

Es decir, la editorial cuyo contenido, entre otros derechos, incluía las famosas 251 canciones de los Beatles (no están dentro las últimas de George y Ringo).

Grade dijo que no. Que sólo estaría dispuesto a aceptar la venta, si Paul comprase toda la ATV Music, toda la editorial, que incluyen algunos derechos televisivos. 40 millones de dólares por el paquete completo. Paul le pidió cinco minutos. Buscó un teléfono y llamó a Yoko desesperadamente. Le propuso que pusiera la mitad de esos 40 millones y así recuperara los derechos de las canciones de John.

Yoko Ono, displicente, le contestó que no estaba “en absoluto interesada en los derechos de esas canciones”.

En origen, las canciones de Lennon y Mc Cartney se vendieron al diablo en febrero de 1963, cuando Brian Epstein,el torpe mánager de los Beatles en asuntos financieros, accedió a la petición de Dick James, un viejo músico retirado que vivía de chupar la sangre a los compositores con su editorial DJM. Epstein había perdido los nervios buscando editora para el segundo single de los chicos, ‘Please please me’.

Dick James formalizó la editorial Nothern Songs que adquiría todas las canciones de los Beatles que se escribieran desde la firma del contrato.

Todas debían ser administradas por DJM. La condiciones eran leoninas, porque DJM Music se quedaba nada menos que con el 45% de los derechos que proporcionaban las canciones de los Beatles.

El 55% era para los autores. En la actualidad, en casos tan grandes, las editoriales no se quedan ni el 10% de los derechos.

En 1983, en plena amistad entre Mc Cartney y Jackson , este viajo a Londres invitado por la familia del beatle a pasar unos días de descanso.

Linda recordaría que fue durante la noche del martes 8 de febrero de 1983. Paul habló de dinero, su tema obsesivo.

Le contó a Michael que el gran negocio estaba en comprar los derechos editoriales de las canciones de los grandes artistas. Le sacó una catálogo de MPL producciones, su propia editorial.

Jackson se quedó estupefacto. Vio como McCartney se había apoderado de las canciones de Buddy Holly, de Carl Perkins y hasta las de canciones de Al Johnson, el hombre que cantó en la primer película hablada del cine.

Sus dos últimas adquisiciones habían sido los dos primeros temas de los Beatles. Es decir, ‘Love me do’ y ‘P. S. I love you’, que no habían caído en el contrato de Nothern Songs.

Como joven bien aprendido, Paul cometió el gran error de confesarle que buscaba ayuda para hacerse con el catálogo de las canciones de los Beatles. Y le contó sus tribulaciones con los abogados de ATV Music.

Al regresar a Neverland, Michael Jackson hizo caso al consejo de Paul. Para empezar, compró por un millón de dólares todo el catálogo de Sly and the Family Stone, uno de sus grandes ídolos.

Además, se hizo con la editorial de los Soul Survivors y algunas canciones del gran Dion, que había producido el mismísmo Phil Spector.

 

Pero Jackson tenía “hambre” de mucho más y fue por el catálogo de The Beatles, y sin decirle nada a su amigo Paul , con el poder del dinero que le daban las venta de “Thriller” en noviembre de 1984 oficializó la oferta por el tesoro a la cifra millonaria de más de 40 millones de dólares.

El 17 de agosto de 1985 se oficializó la venta por 47 millones de dólares en efectivo, y Michael se mostró orgulloso de su logró mientras McCartney padecía el robo y la traición viendo la noticia por TV. Nunca se lo perdonó.

Diez años después, acosado por las deudas y a punto de ir a la bancarrota Jackson cedió y vendió el catalogo a su compañía Sony en 95 millones de dólares.

El final de la historia parece cerrado pero aún tiene fechas y etapas para cumplirse.

En 2018 McCartney demandó a Sony con la intención de recuperar los derechos de las canciones que él había compuesto. Gracias a un acuerdo privado, el exbeatle recuperó los derechos de 32 de los primeros temas de los Beatles, y se espera que acceda a más canciones del catálogo desde 2026.

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