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Elis Regina una voz única de Brasil que nunca se murió

Brasil debe buena parte de su repertorio popular a su voz más importante, la espectacular Elis Regina, que transformó la música brasilera para siempre.

Con su inigualable forma de cantar, revitalizó la música de los compositores clásicos, como Tom Jobim y Vinicius de Moraes, y consagró a los nuevos talentos de su generación, desde Milton Nascimento hasta Gilberto Gil.

Lamentablemente, su talento se apagó demasiado rápido. Murió el 19 de enero de 1982. Tenía tan solo 36 años.

Elis Regina Carvalho Costa nació el 17 de marzo de 1945 en Porto Alegre y pasó su infancia en el complejo residencial Vila do IAPI, un área de viviendas populares que hoy es de interés cultural debido a su arquitectura de estilo europeo.

Mostró interés por la música desde muy pequeña, por lo que a los siete años su madre la llevó a una importante radio local, Rádio Farroupilha (que desde 2021 transmite solo por Internet), a participar en un programa donde actuaban niños.

La pequeña tuvo un ataque de nervios y finalmente no se presentó. Pasaron cuatro años hasta que se animó a regresar. Logró controlar el pánico escénico y su performance fue tan cautivante que fue invitada a formar parte del staff de los chicos que cantaban habitualmente.

Luego empezó a nutrirse de la bossa nova que sonaba en la radio, cuando comenzó a popularizarse el movimiento con Vinicius de Moraes y Tom Jobim.

“Tom revolucionó toda la música de Brasil”, sostuvo Regina, quien le aportó innovación e irreverencia a la música popular de su país.

Era espontánea, simpática y lúcida para expresarse. A veces contradictoria. Quienes la conocieron, dicen que era dueña de una personalidad fuerte y no le temblaba el pulso a la hora de poner en su lugar a cualquiera que la incomodara.

Movía con desenfreno los brazos cuando se plantaba en el escenario, con su voz magnética y dramática, su pelo corto y su sonrisa siempre brillante.

Regina llegó a Río de Janeiro al tiempo que irrumpía la larga dictadura militar brasileña, que se extendió entre 1964 y 1985. Si bien se había referido al gobierno de facto como una “camarilla de gorilas”, luego aceptó cantar el himno nacional durante un acto para conmemorar la independencia de Brasil, organizado por el Ejército. Según cuenta, fue obligada por las autoridades.

En varias entrevistas, decía que cantaba como una forma de “afirmación” y para vencer las inseguridades y carencias de su infancia.

“Me preocupo mucho por todo, por el futuro, por mi carrera, por los chicos. Creo que es porque mi infancia no fue fácil desde el punto de vista material”, le dijo a la televisión mexicana sobre las necesidades económicas que sufrió en la casa familar. Tuvo tres hijos con dos parejas distintas. Su hija María Rita siguió sus pasos y se convirtió en una reconocida cantante popular.

En su extensa discografía –casi 30 discos grabados en vida y unos tantos más póstumos-, se destaca el álbum que grabó a dúo con Tom Jobim, uno de los próceres de la bossa nova que logró expandir el género por todo el mundo.

Elis & Tom (1974) es un disco que se convirtió en uno de los principales clásicos de la música popular brasilera –y la región- y su riqueza radica en la explosiva combinación entre ambos artistas.

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