Bob Dylan vuelve a ser noticia y en esta ocasión por haber vendido a la discográfica Sony el catálogo completo de música grabada, así como los derechos de sus nuevos lanzamientos.
Es decir, desde su álbum debut en 1961 hasta su último disco, Rough and rowdy days, del 2020.
La multinacional discográfica lo dio a conocer anoche en un comunicado, en donde desveló que el acuerdo se había cerrado en julio de 2021 aunque no especificó la cuantía económica de la transacción.
En este aspecto, aunque la discográfica no ha desvelado el precio del acuerdo, algunos medios especializados como Billboard y Variety la cuantifican en 200 millones de dólares
El comunicado recuerda que Dylan grabó su primer álbum en octubre de 1961 con Columbia Records, propiedad de Sony Music, y que ese disco marcó “el inicio de un recorrido musical sin igual por un maestro de la música que sigue teniendo un profundo y global impacto en la cultura”.
A fines de 2020, el referencial músico y premio Nobel de Literatura de 80 años ya había vendido los derechos de autor -que son diferentes a los derechos de grabación, que rigen la reproducción y distribución- de sus todas sus composiciones musicales a Universal, en un acuerdo estimado en más de 300 millones de dólares. Es decir, las vendió a la máxima competidora de Sony en el universo discográfico.
La principal diferencia entre el acuerdo con Sony (derechos de grabación) y con Universal (derechos de autor) es que por los derechos de autor reciben royalties por sus reproducciones en radio y streaming, venta de álbumes o uso de canciones en publicidad y en películas.
En el caso de Dylan sus canciones ha sido y son interpretadas por infinidad de artistas, lo que convierte su catálogo de composiciones especialmente atractivo.
La multinacional también anunció ayer en su comunicado que proyecta colaborar con Dylan en “una serie de futuras reediciones de Bootleg Series“, un proyecto que arrancó en 1991 y que ha publicado material de estudio y en directo inédito.
Como se sabe, grandes corporaciones y discográficas han ido comprando catálogos total o parcialmente de estrellas como Bruce Springsteen (500 millones de dólares a Sony el pasado diciembre), David Bowie, Stevie Nicks, Paul Simon, Motley Crue, The Red Hot Chili Peppers o Shakira.