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La radio y la TV de luto con la partida de una leyenda: Jorge “Cacho” Fontana

Jorge Cacho Fontana -o Norberto Palese, tal su verdadero nombre- murió a los 90 años minutos antes del mediodía de este martes 5, en la Clínica Interplaza, el hogar en el que se alojaba desde hace tiempo, según le confirmaron desde su entorno.

El locutor, uno de los referentes ineludibles de la radio y televisión en el país, había tenido unos cuantos percances de salud en el último tiempo, como una neumonía, debido a las secuelas que le había dejado el coronavirus. Y partió dos días después de la madre de sus hijas: Liliana Caldini.

La noticia sobre su partida impactó fuerte en el público, que recordó a un hombre clave de los medios de comunicación que marcó la vida de varias generaciones. Si se le pide a un millón de argentinos, mayores de cuarenta años, que cierren sus ojos y escuchen un “con seguridad”, dirán sin que nadie se los diga: es la voz de Cacho Fontana. Y por eso, su despedida duele.

Una de las voces del dolor familiar fue su hija Antonella, quien junto a su hermana gemela, Ludmila, perdió en menos de 48 horas a su madre y us padre, tras el fallecimiento de Liliana Caldini, el domingo a la noche.

“No lo puedo creer, pero lo único que les puedo decir es que a papá lo vamos a cremar, como él quería, y a mi mamá la vamos a velar”, dijo la joven ante todos los periodistas que se acercaron a la puerta de la Clínica Interplaza, el hogar en el que se alojaba desde hace tiempo.

Y agregó: “No sé cuándo, no sé dónde, estoy haciendo todo esto con mi hermana”.

En tanto, habló sobre el dolor de su familia ante la partida de Cacho, que ocurrió menos de 48 horas después que la de su ex, Liliana Caldini: “Estamos destruidos. Era un desenlace que iba a ocurrir en algún momento, pero con lo de mi mamá….”.

En ese sentido, aclaró que su padre no sabía sobre la partida Caldini: “Estábamos esperando para decírselo porque pensamos que le podía afectar”. Y acto seguido, se retiró del lugar, sin ánimo para dar mayores precisiones en medio del angustioso momento que está atravesando al perder a sus padres con tan poco tiempo de diferencia.

Con apenas 15 años le llegó la propuesta de debutar como locutor comercial en Radio del Pueblo. Luego una prueba como locutor le permitió entrar a Radio El Mundo, pero en el equipo suplente.

En 1952 le tocó el servicio militar, a la mañana era conscripto en el cuartel, a la tarde locutor en la radio y a la noche, animador en el Chantecler.

En 1955 deja el equipo de suplentes y pasó a planta estable El Mundo. Le propusieron conducir el horario de 10 a 11, algo marginal ya que los programas estrellas eran por la noche.

Aceptó pero pidió la responsabilidad artística y comercial del espacio. Contrario a todo lo que se escuchaba hasta el momento, él propuso un programa que incluía mucha información, música, actualidad, entrevistas y hasta horóscopo.

Abel Santa CruzMiguel Coronatto PazCarlos Arturo OrfeoHugo Moser Alberto Migré, aceptaron colaborar como guionistas fascinados con ese proyecto único que rompía los cánones de la época.

Así nació el mítico Fontana Show, que duraría 16 temporadas.

Un año después le propusieron integrarse en un programa cultural de preguntas que saldría por canal 7 y radio Belgrano: Odol pregunta, otro éxito que todavía permanece en la memoria colectiva. Su voz se volvió inconfundible y pasó a formar parte de la vida cotidiana de millones de argentinos.

Y sin algún lector lo duda, volvemos a pedirle que haga el experimento que propusimos al comienzo de esta nota.

Su profesionalismo, la confiabilidad y su voz inconfundible hicieron que las marcas más importantes de la época su disputaran su trabajo como locutor para sus publicidades.

Así Cacho Fontana le puso la voz a Odol (contratado por el padre de Susana Giménez), Terrabussi, Piccardo, Peñaflor, Pirelli, Grafa, Tres Plumas, Yelmo y La Serenísima. Eslogans como “Digale sí” (Terrabusi), “Y péguele fuerte (YPF), “Con seguridad” (Odol) serán relacionados para siempre con su inconfundible estilo.

En 1967 se produjo uno de los pases del año y Cacho dejó El Mundo para incorporarse a Rivadavia. Durante ocho años trabajó con José María Muñoz y Enzo Ardigó. Fue el locutor del Mundial de fútbol en Inglaterra donde Antonio Rattín terminó expulsado y sentado en la alfombra de la reina.

Relató la conquista del título mundial de boxeo de Nicolino Locche en Japón y la pelea de Ringo Bonavena contra Cassius Clay además de los combates de Carlos Monzón.

En 1977, Canal 11 le propuso hacer un programa de 23 a 1. Fue el comienzo de Video Show, producido por Marín, Lorenzo y Asociados.

“Trajimos desde Londres, por recomendación de Goar Mestre, los equipos de última generación que dieron paso a la ‘máquina de mirar’. Ese programa fue un hito en mi trayectoria profesional”, recordó Fernando Marín.

Nuevamente a cargo de la producción en su equipo contaba con Magdalena Ruiz Guiñazú, Carlos Burone, Pepe Peña, Enrique Llamas de Madariaga y Liliana López Foresi. 

Pionero no solo en la forma de decir, también fue precursor en la forma de mostrar. Importó una cámara que grababa sonido e imagen en simultáneo y produjo la primera comunicación en vivo con todo el país.

El 17 de agosto de 1978 en homenaje a San Martín, la audiencia vio y escuchó en directo a Julio Lagos en Ushuaia y Magdalena Ruiz Guiñazú en las Cataratas del Iguazú; además de Antonio Carrizo al pie del monumento al General San Martín en Lima, capital del Perú. El rating estalló.

Un innovador, hoy convertido en leyenda.

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