Por Roberto Blanco Macor
Tardaron casi 3 años en que alguien los tomara en serio y les diera la posibilidad de grabar de un disco.
Sui Generis, que se había formado en el colegio secundario y a partir de 1969 se propusieron llegar a vivir de la música, no tuvo grandes oportunidades en esos años iniciales del rock argentino.
De hecho, Charly García y Nito Mestre llegaron solos a ese momento de la prueba de la grabación porque sus otros dos compañeros de la banda abandonaron el proyecto a ver que no avanzaban en el sueño.
Fiestas de cumpleaños, eventos y algunos teatros chicos con otros músicos nobeles era parte de una corta trayectoria, que además se había interrumpido en 1971 cuando Charly tuvo que cumplir el servicio militar, una etapa caótica para él.
En el verano de 1972, el dúo había compartido una pequeña gira con Pedro y Pablo y allí conocieron a Billy Bond, un gran referente de esos años como músico y producto y les prometió una oportunidad para grabar.
Los meses pasaron y ese ofrecimiento cayó en el olvido, mientras Charly y Nito seguían rebotando en cada compañía discográfica que se presentaban.
Pero un día de junio recibieron el llamado de Billy Bond quien lo convocó para una entrevista en las oficinas de Jorge Álvarez el dueño del nuevo sello Talent.
Sin demos, en aquellos años esas pruebas se hacían con las guitarras en mano e interpretando varias canciones. Al cuarto tema Billy Bond lo interrumpió y les dijo: “El mes que viene graban el disco”.
Primero fue sorpresa y luego escepticismo, los jóvenes músicos ya venían de varias decepciones, sin embargo, en julio de 1972 ingresaron al estudio Phonalex del barrio Nuñez. para darle “Vida” a su primer álbum.
Los productores vieron necesario darle cierto color eléctrico al sonido acústico de Sui Generis y aprovecharon los integrantes de La Pesada del Rock and Roll, quienes además se había convertido en los mejore músicos de sesión de la época.
Así en los créditos del disco aparecen los ex Manal Claudio Gabis, en guitarras, Alejandro Medina (bajo), Carlos Lito Lareu (guitarras) y Francisco Pratti (Batería).
Charly aportó guitarra acústica, piano y órganos y Nito, la otra acústica y la flauta traversa, además de las voces principales
Las 10 canciones son parte del encanto adolescente y juvenil de aquella primera etapa del dúo, todas compuestas con Charly excepto, “Natalio Ruiz” donde compartió créditos con su amigo Carlos Piegari.
Con aires melancólicos y algunas azucaradas, las letras tenían aire nuevo para la música nacional y fueron el gancho para atrapar a una nueva generación que esperaba un sonido nuevo y que los representara.
El álbum comienza con un hit que hasta hoy se canta como “Canción para mi Muerte”, esa historia que se escribió en aquellos días de hospitalización en el servicio militar obligatorio.
Luego “Necesito” se convierte en el primer himno de amor de un disco que tenía varios pasajes más de ese estilo. Su letra fue poema para muchas cartas de amor de adolescentes de los 70s.
Vida, tuvo otras grandes canciones como: Dime quién me lo robó y Cuando comenzamos a nacer, Mariel y el capitán, , Amigo vuelve a casa pronto, y otra joya del amor juvenil, Quizás Porqué, otra medlodía emblématica. ¿Quién en su adolescencia no dio un beso con esta melodía de fondo o al menos soñó que nos sucediera?
Charly contó “Vida lo compuse fantaseando, porque muchas de las canciones hablan de cosas que no me habían pasado, que yo imaginaba, quería que me pasaran o que no me pasaran”
Se grabó en dos meses y en octubre ya estaba en las bateas e inmediatamente fue un éxito, superando todas las expectativas. Se vendieron 400 mil copias en 4 meses, cuando vender 1000 ya era para una banda de rock un éxito descomunal.
Además de su nuevo sonido, de sus letras directas, también se destacó a este álbum el gran trabajo de arreglos vocales que evidenciaron su fanatismo por The Beatles, quienes fueron sus inspiradores para esos detalles de grabación
Sui Generis fue la primera banda popular del rock nacional que además no dejó de grabar por 4 años y tuvo una despedida épica con dos Luna Park repletos con 25 mil espectadores en total, todo un hito en su momento.
Sui Generis se adelantó a su tiempo. Cincuenta años atrás, dos adolescentes rompieron el molde con sus ideales intactos, quizás sin saberlo o quizás sí, hacían uno de los mejores discos de la historia del rock nacional.
El primero de muchos más, que llegaron después.