Por Roberto Blanco Macor
Después de la cachetada (algunos dicen que fue piña directa) en el boliche Sobremonte, de Miguel Abuelo a Charly García, que dejó al bicolor KO en el piso, Los Abuelos de La Nada en 1983 se quedaron sin productor de cara a su segundo álbum.
Había mucho ego y afán de protagonismo en ese vínculo que nuca fue bueno. Ese hecho fortaleció a la banda que decidió encarar el nuevo proyectos como productores ellos mismos y no fue una mala elección.
Abuelo tenía una gran virtud. Grupo hacía adentro era el líder que nucleaba pero daba mucho libertad creativa a sus compañeros, y eso se vio en “Vasos y Besos” que sin dudas fue el disco donde la banda mostró su pico más alto creativo.
El último trabajo con la formación original tuvo canciones de peso como “No se desesperen” que abre el álbum con toda lafuerza de una batucada electrónica de Gustavo Bazterrica, con mucha participación en el disco, que incluyó “Cucarachon de Tribunal” donde hablaba de sus problemas legales que luego lo alejaron del grupo.
Sin respiro, aparece otro hit, que como el primero se bailaba en las discotecas de los 80s. “Así es Calor” un original de Andrés calamaro, escrito mucho años ante junto al Gringui Herrera.
En el lado A había otra joyita como fue “Sinfonía Americana” o simplemente “Americana”, una gran composición de Abuelo y Cachorro López, con un sonido latino , integracionista y con una base disco en el bajo de Cachorro que no te deja quieto lo pies. Además por aquellos días inauguraba los recitales de la banda.
Con ese cóctel el disco ya estaba maravilloso, pero el Lado B del vinilo te reservaba una joyitas históricas más. La cara B te recibe con “Vamos al Ruedo” un temón con aire funky y bailable, con un estribillo que te taladra la cabeza y que lleva la voz de Miguel y la firma de Andrés y Cachorro. ¿Qué puede salir mal?.
“Hace frío y estoy lejos de casa…”, el resto lo cantas de memoria. “Mil Horas” el hit del álbum que es una clásico del rock nacional, en el top 10 de las mejores, sin dudas. El tema de Andrelo y el increíble Cuiño Scornik, que se le “regaló” su presencia autoral por esa amistad que aún los tiene unidos.
“Mil Horas”, la canción que habla de la guerra, de Malvinas, de un combatientes, alucinamos en aquellos días, y en realidad era una simple y autentica historia de amor de Calamaro y que no pudo ser.Hay otras canciones hermosas como “Hermana Teresa”, una canción de Abuelo dedicada a un amor adolescente, una especie de “Peperina” de esta producción, y “Soy de tu bandera”, con la poesía de Miguel y la fuerza rítmica de López, que dejaron su huella.
Pero, no levantes la púa porque hace disco, que hoy cumple 40 años, le quedaba otra joya de la corona: “Chalaman”, que te pone de la cabeza, como corresponde, con una composición perfecta de Daniel Melingo, un reggae perfecto con arreglos de toda la banda de una fineza que seduce.
La banda presentó con llenó total “Vasos y Besos” en Vélez antes de fin de año y con tres Luna Park en marzo de 1984. Melingo se despidió a fines de 1983 para focalizarse en su proyecto de “Los Twist”.
Luego se fue Bazterrica y y los que quedaron se fueron a Ibiza a grabar “Himno de mi Corazón” pero esos ya fueron otros abuelos.El 9 de diciembre de 1983, un viernes antes de l inicio de la Democracia, Los Abuelos de la Nada. publicaron este discazo que marca un cambio de época en el país y en el rock nacional.
Un tesoro que forma parte de lo mejor de la música popular.
“𝙃𝙤𝙮 𝙇𝙤𝙨 𝘼𝙗𝙪𝙚𝙡𝙤𝙨 𝙙 𝙚𝙡𝙖 𝙣𝙖𝙙𝙖 𝙘𝙚𝙧𝙧𝙖𝙧𝙚𝙢𝙤𝙨 𝙣𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙥𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧 𝙘𝙞𝙘𝙡𝙤. 𝙃𝙤𝙮 𝙡𝙖 𝙨𝙚𝙧𝙥𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝘼𝙗𝙪𝙚𝙡𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙉𝙖𝙙𝙖 𝙢𝙤𝙧𝙙𝙚𝙧𝙖́ 𝙨𝙪 𝙥𝙧𝙤𝙥𝙞𝙖 𝙘𝙤𝙡𝙖” (𝙈𝙞𝙜𝙪𝙚𝙡 𝘼𝙗𝙪𝙚𝙡𝙤, 𝙇𝙪𝙣𝙖 𝙋𝙖𝙧𝙠, 1984)